“La Universidad Bolivariana, es motor, es vanguardia, es caballo, es lanza, es bandera, de un nuevo modelo educativo de liberación. Ustedes son actores fundamentales de esa vanguardia, siéntanse orgullosos mujeres y hombres”

Fragmentos del discurso del Presidente Hugo Chávez, Caracas, 08/11/2003, en el marco de la inauguración de la sede UBV Zulia.

domingo, 29 de abril de 2012

El partido “me dijeron” es el gran propagador de los rumores


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Poco después de la rendición del Japón, en 1945, un hombre llega a la ciudad de Maine, en Estados Unidos. Era un profesor chino que paró su carro para preguntarle a alguien cómo podía llegar hasta una colina que, según su guía turística, era ideal para una buena vista panorámica del lugar…Después de una hora, circulaba el rumor de que un “espía japonés” había llegado al sitio para “tomar fotos”… Es decir, de chino pasó a ser “japonés”; de hombre o profesor, fue transformado en “espía”; la foto o guía turística que llevaba en la mano se cambió por una “cámara fotográfica” y el deseo de disfrutar de una buena vista fue entendido como la intención de “tomar fotografías”. Lo demás lo puso el imaginario cultural, alentado por una guerra que acababa de concluir. Se trata de un relato de los investigadores Leo Postman y Gordon Allport,  recogido en su libro “Psicología del Rumor” (1947).
Independientemente de que han sido criticadas las investigaciones de Postman y Allport, el ejemplo describe claramente cómo actúa el rumor en las sociedades y el efecto que pueden causar.
En 1945, también Allport y Postman realizaron un experimento para demostrar cómo se construye y desarrolla un rumor: mostraron una fotografía a varios participantes que tenían que describirla a quienes no la habían visto. Luego esta persona se la describía a otra y así sucesivamente. Tras la quinta “re-descripción”, se demostró que sólo el 30% de los detalles originales se habían conservado. Lo demás era por cuenta de la “fantasía”. Los investigadores establecieron entonces tres niveles del rumor: 
Nivelación: el rumor se vuelve más corto.
Agudización: se enfatizan y exageran ciertas características.
Asimilación: se distorsiona según los intereses, las agendas y prejuicios de quienes lo difunden.

Enfermedad social
Los niveles de stress e incertidumbre pueden alimentar aún más el “tamaño” del rumor, convirtiéndolo en una verdadera “bola de nieve”, con una fuente que lo elabora deliberadamente por un motivo específico. Asociadas al rumor están las teorías conspirativas y del complot, fabricadas en situaciones de calamidades naturales, crisis políticas y golpes de estado que afectan a un gran número de personas, a pueblos y naciones enteras y que, evidentemente, tienen una clara intencionalidad: crear más incertidumbre, generar pánico, miedo...Desestabilizar.
Las teorías conspirativas “son historias sobre complots encubiertos a cargo de grupos con un objetivo específico en mente” (Michael Ritter, 2000). El objetivo puede ser legal o ilegal pero las acciones siempre serán subversivas.
Para Robert Knapp (1944), el rumor, sacado de los laboratorios de psicología, se considera una enfermedad social y un hecho patológico a raíz de la Segunda Guerra Mundial cuando la entonces recién conocida como “guerra psicilogica” estaba en su apogeo. Para este autor, el rumor es una proposición para creer, de un tema de interés, difundida sin verificación oficial. Una noticia no controlada, que se suele propagar oralmente y que consiste en la repetición entre las personas de algo realmente sucedido.
En otras clasificaciones encontramos:
Rumor espontáneo: noticia cuya propagación no es organizada.
Rumor dirigido: creado con la intención de desinformar y aprovechar esas condiciones con propósitos bien definidos. El rumor se convierte en un arma cuando el enemigo, conocedor de su papel como elemento movilizador, lo utiliza en su beneficio.
El rumor también se define como un proceso de distorsión de la información que permite la solución colectiva de un problema. Su esencia es el movimiento, la emergencia. Lo que caracteriza a un rumor no es su carácter verificado o no, sino su origen no oficial.
Lo que Albert y Postman redujeron a una fórmula según la cual rumor es igual a importancia por ambigüedad (R=I x A), Ralph Rosnow (1976) lo reformuló sobre la base de tres factores: 
- Incertidumbre general en un clima de ambigüedad
 -La credibilidad del rumor es la confianza en el rumor, en su veracidad, es decir retransmitirlo es una forma de santificarlo
- Excitación: el rumor rompe la rutina, produce un efecto dramático “se siente placer al saber que alguien está pasando por momentos de sufrimiento”
Una de las críticas a Albert y Postman es que concedían demasiada credibilidad a los medios de comunicación. Es decir, si un rumor o noticia no confirmada se publicaba en un medio “de prestigio”, ya ese sólo hecho bastaba para darle “seriedad”: “No siempre sabemos si estamos escuchando la relación de un hecho real o un engendro de la fantasía. Una noticia fechada, presentada a todos los lectores de un diario de reputación intachable puede tomarse por lo común, como una prueba intachable” (Allbert y Postman, 1947,12)
Luego se ha comprobado con creces que ningún medio de comunicación es inocuo y que sus intencionalidades están muy bien definidas en pro de sus intereses.
Las redes sociales, especialmente twitter, son una fuente peligrosísima para “sembrar” rumores, especialmente porque los medios de comunicación las han convertido en “fuentes de información” que a veces ni siquiera se verifican.
En el último mes los rumores tienen de a brinquitos al país y un rumor no muere sino que se transforma y termina siendo la noticia del día. En este punto destacan otras clasificaciones:
Rumor deseo: tiene como fin esencial desmoralizar a sus receptores: “será muy difícil resolver el problema de la contaminación del agua”; “Seguirán los apagones”.
Rumor amedrentador: surge en períodos de tensión social, catástrofes, crisis políticas, golpes de Estado dictatoriales: “El presidente Chávez no podrá asumir una campaña electoral”; “No hay gasolina en bombas del Este de Caracas”; “Puede venir otro tsunami”
La enfermedad del presidente Chávez es muestra de cómo  la información no controlada ha ganado espacios importantes. Los rumores también son como los anónimos, y lo más recomendable es no responderlos aunque sí se haga seguimiento a sus efectos. Chávez es “su” parte médico, rompiendo con los protocolos acostumbrados.

“Me dijeron”
“Me lo dijo mi vecina que su hija conoce al chofer del escolta del Ministro tal…” El partido “me dijeron” es el gran propagador de rumores en Venezuela. Para decirlo con palabras del semiólogo argentino Eliseo Verón:
“El rumor es la voz que habla sin responsabilidad, porque no hay pruebas. Su tono condicional, anónimo, que nadie enuncia en su propio nombre, circula como palabra colectiva (…) existe un juego entre anonimato y verdad. El enunciante, cuando transmite el rumor, no se hace cargo” (Cuadros de Costumbres: la Paradoja del rumor, citado Por Michael Ritter, 2000)

Periodista

domingo, 22 de abril de 2012

Denuncia: UBV espera que el MinCI le acredite para dictar el curso de locución


(Tomado de Aporrea)

Desde hace dos años


 22 de abril de 2012.-  El 21 de julio de 2009, durante el acto de grado de la I Promoción de Licenciados y Licenciadas de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), en el Poliedro de Caracas, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Comandante Hugo Chávez Frías, solicitó a la UBV y al entonces Ministerio del Poder Popular para las Obras Públicas, dictar cursos de locución.
   Dijo el Presidente en esa ocasión : “Hace poco me enteré que solo en la Universidad Central de Venezuela (UCV) se dan los títulos de locutor y que además cobran aproximadamente 2 mil bolívares, puro capitalismo (…) En la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) también se podría dictar el curso. La UCV seguirá dictando su curso, pues que los escuálidos formen a sus locutores y nosotros formamos los nuestros, los del pueblo, los de la revolución y la patria” 
      Inspirados en esas palabras, y en consonancia con los principios que alentaron la fundación de la UBV, el colectivo de docentes del Programa de Formación de Grado en Comunicación Social de la UBV, elaboró la justificación del Curso de Locución, en los siguientes términos:
“En las sociedades capitalistas, las tensiones del poder se manifiestan con especial particularidad en la acción comunicativa, condicionada por la propiedad de los medios de difusión en poderosos grupos económicos que los utilizan en función de sus beneficios mercantiles y de sus intereses como clase social capitalista y explotadora.
“La locución es una de las actividades comunicacionales que, junto al periodismo, el reporterismo gráfico, la edición de contenidos, entre otros, ha sido sometida al utilitarismo mercantil e interesado de los grupos sociales que detentan la propiedad privativa de los medios de difusión.
“Tales relaciones han generado en el oficio de la locución prácticas inescrupulosas y acomodadas en esta estructura desigual y negadora del desarrollo humano a través de la comunicación social.
A raíz del proceso constituyente iniciado en 1999, en Venezuela están planteados nuevos paradigmas para la participación política y para la acción de los ciudadanos y sus instituciones. Este proceso ha generado nuevas leyes, nuevas normativas y nuevas relaciones, pero aún en lo que respecta a la comunicación, hay una sentida resistencia a los cambios y muchos de los planes formativos e instrumentos reglamentarios siguen obedeciendo a viejas prácticas sociales …)”.
(Documento de propuesta del Curso de Locución, elevado al Consejo Universitario en 2009-Colectivo de docentes UBV)
Bajo estas premisas fue propuesto el Curso de Locución de la UBV, siendo aprobado por el Consejo Universitario el 06 de octubre de 2009, como consta en el acta No.CU-25-02. Para marzo de 2010, gracias al trabajo del colectivo de docentes que creyó en esta propuesta y la defendió ante lamentables e interesadas descalificaciones internas, se concluyeron los seis módulos del Curso de Locución, con una duración total de 146 horas y un costo de tres UT, aunque se oferta gratuito a estudiantes y comunicadores populares.
Esos módulos son los siguientes:
1-  MÓDULO I: MARCO LEGAL Y ÉTICO
2-  MÓDULO II: GEOPOLÍTICA MUNDIAL
3-  MÓDULO III- ORALIDAD Y SEMÁNTICA: 
4-  MÓDULO IV- EXPRESIÓN CORPO-VOCAL
5-  MÓDULO V- PRODUCCION DE PROGRAMAS DE RADIO
 6-  MÓDULO VI- ESPECIALIZACIONES EN LA LOCUCIÓN
El pensum completo del curso, se entregó a la Directora de Responsabilidad Social del MinCI, Dora Rojas, en mayo de 2010. Rojas nos informó que el MinCI, conjuntamente con el MPPEU, estaban trabajando en una resolución que acreditaría a la UBV para dictar el curso pero hasta el presente no se ha producido ninguna normativa. 
Pese a esta debilidad, el curso comenzó a dictarse en los estados Apure, Falcón y Monagas, donde la guerra mediática del Colegio Nacional de Periodistas ha sido brutal, buscando desprestigiar la actividad y quebrar la moral de los participantes.
UN POCO DE HISTORIA
A pesar de que contamos con una nueva Constitución, los cursos de locución continúan rigiéndose por decretos muy anteriores. No obstante, la UBV, siendo una universidad experimental reconocida y aprobada por el Consejo Nacional de Universidades, según decreto de creación del 17 de julio de 2003, no necesitaría de ninguna otra acreditación, pues el decreto vigente No. 2.771 (1993), emanado de la Presidencia de la República, así lo recoge en su artículo 49: “La locución de los programas y la operación de estudios o plantas transmisoras de las Estaciones de Radiodifusión Sonora estarán a cargo de personas venezolanas, con Certificado de Locutor o Certificado de Operador, respectivamente, expedidos por Instituciones públicas o privadas reconocidas por el Ministerio de Educación, el cual otorgará la autorización correspondiente y llevará un registro a tales efectos
El 30 de septiembre de 1997, según resolución No. 1.478 del Ministerio de Educación (Gaceta Oficial No. 36.316), se autoriza a la Universidad Central de Venezuela para otorgar certificados de locución a través de la Escuela de Comunicación Social. Amparados en ese mismo artículo 49 del Reglamento sobre la Operación de las Estaciones de Radiodifusión Sonora se autoriza también a las Universidades del Zulia y Francisco de Miranda (Coro), a otorgar certificados de locución.
El hecho cierto es que con todas las transformaciones impulsadas por el gobierno bolivariano, la cuestión del curso de locución ha quedado en un limbo pues con los sucesivos cambios y desapariciones de ministerios no ha sido transferida a nadie la facultad de refrendar los certificados de locución.
Prueba de ello es que en la página web del Ministerio del Poder Popular para la Educación, aún figura la legalización “a cualquier ciudadano de los  Certificados de Locutor  expedidos por éste despacho”. .
La UCV cobra actualmente 2.600 Bs (el aspirante debe cancelar 50% al inscribirse y el resto al concluir, más una reserva de Bs 250 para la preselección) y en la oferta del curso se garantiza un “Certificado de locución refrendado por el Ministerio de Educación” (¿?). Tiene 90 horas de duración.
El certificado que expide la UCV simplemente remite al Decreto de 1997, pero ninguno de los ministerios actuales (ni el de Educación, ni el de Educación Universitaria) está otorgando esos títulos, tampoco Conatel, por lo cual valdría la pena investigar su legalidad.
En virtud de que inexplicablemente, el MinCI no ha dado respuesta a la UBV, el Consejo Universitario de la Casa de Los Saberes, en su sesión No. 30, acordó entregar los certificados, avalados por el Rector y el Secretario de la UBV a la primera cohorte de locutores y locutoras, integrados por 51 participantes que recibieron la formación en el Programa de Formación de Grado en Comunicación de la sede Falcón, coordinado por la profesora Ciara Gómez.
Uno de los paradigmas que hemos intentado quebrar es el del “número de locutor”, práctica que se ha prestado para monopolizar la actividad y darle la primacía sólo a las universidades acreditadas por decretos totalmente desfasados con la realidad actual de nuestro país.
Nuestros locutores y locutoras, están altamente capacitados para ejercer su oficio.
Sirva este llamado de atención para destrabar de una vez, el camino hacia el conocimiento y que nuestro pueblo pueda tener acceso al curso de locución de la UBV.
El rector de la UBV, profesor Prudencio Chacón, inició la convocatoria a unas mesas técnicas, para seguir profundizando en el tema.
Compañeros del MinCI: esperamos por ustedes 

domingo, 1 de abril de 2012

Hipocresía y periodismo a propósito de Henrik Ibsen




Es muy corriente leer y escuchar auto-panegíricos en los medios de información, donde se proclama la objetividad, la labor de denuncia de corrupciones sistémicas y el servicio social del periodismo en general en favor de valores democráticos. Este discurso laudatorio, conviene repetirlo para no devenir víctimas de una mentira reproducida constantemente, refleja no obstante un cinismo vergonzante. De hecho, se establece la distinción entre periodismo convencional y periodismo alternativo, cuando en realidad, el único periodismo que se aproxima, aunque sea de modo asintótico a la definición utópica de periodismo, es este último. El periodismo convencional, salvo algunas honrosas excepciones, dependiente de correctivos económicos, financieros y políticos, simplemente debería llamarse de otra manera: gestión de comunicación persuasiva, medios de desinformación, transmisión de (des)conocimientos descontextualizados, industria de clichés, de banalidades.

El periodismo siempre se ha concebido desde perspectivas ambivalentes. Por una parte, como el ejercicio de la función social de denuncia y crítica de lo inicuo. En este sentido, se trataría de articular un aparato de contraposición a los abusos de poder de las elites políticas, económicas y sociales. El discurso del periodismo normativo ha de suscitar la duda, descubrir las contradicciones de nuestra sociedad, las tensiones que la aquejan. En otros términos, ha de concitar el atrevimiento suficiente como para, aun a riesgo de poner en peligro la propia posición del periodista y de su institución, reprobar públicamente aquello que se considera injusto conforme a la verdad. En definitiva, parafraseando a George Orwell, decir la verdad en una época de mentiras constituye un acto heroico.

Por otra, el periodismo y los medios de comunicación concebidos como mecanismos de enmascaramiento y uso propagandístico de los poderes establecidos. Desde el momento en que el periodista y el periodismo anteponen sus intereses personales y empresariales sobre el buen ejercicio de su profesión, los medios de información quedan reducidos al papel de órgano retórico de quienes detentan los poderes hegemónicos.

La pregunta que surge a la luz de estas dos perspectivas es cuál de estas dos orientaciones ha primado y prima hoy en día en lo que a periodismo se refiere. Como es obvio, una cosa es la visión idealista y romántica del periodismo. Otra muy distinta, cómo las fuentes de poder, la propia estructura económica, política y laboral del ejercicio periodístico han barnizado los discursos de los medios de información hasta convertirlos en uno de los zócalos fundamentales para apuntalar los poderes establecidos. La cuestión sobre la hipocresía del periodismo no pertenece en exclusiva a nuestra época. Ni siquiera a los estudios sobre economía política de la comunicación que se llevaron a cabo a partir de los años 70 del pasado siglo. Ya en el siglo XIX, autores avezados como Balzac e Ibsen más tarde supieron dar cuenta de la hipocresía latente en los medios informativos. El lector sabrá establecer las semejanzas en abstracto que relacionan estos escritos con la situación actual, con la advertencia de que, como en Pajaritos y pajarracos (Pasolini, 1966), cualquier parecido con la realidad no es casual.

La obra del dramaturgo noruego Henrik Ibsen (1828-1906) nos remite de continuo a la lucha contra los atavismos, a la emancipación frente a las cadenas de la costumbre, a la moral tradicional y a las servidumbres de la rutina. En sus piezas teatrales, la interrogación se dirige a los códigos de conducta que de modo tácito adoptamos, incluso cuando representan el germen de ansiedades y malestar. A título de ejemplo, Ibsen fue precursor del feminismo contemporáneo a través del personaje Nora en Casa de muñecas (1879). En Espectros (1881) criticaba la doblez moral de una vida respetable de puertas afuera en un matrimonio burgués, mientras el secreto de una existencia licenciosa es mantenido en la opacidad de la hipocresía generalizada.

Un enemigo del pueblo (1882) nos proporciona una perspectiva paradigmática con vistas a la crítica del periodismo. En esta obra, el centro de interés orbita alrededor de la concepción de qué es el bien común. ¿Qué es beneficioso para la colectividad? ¿Qué ocurre cuando los beneficios inmediatos para una determinada comunidad se fundamentan en la mentira, la hipocresía y en la defensa de infamias? ¿Qué papel debería adoptar en este juego de contradicciones la prensa?

Describamos la sucesión de acontecimientos de la obra. La vida económica de un pueblo pesquero depende del balneario como fuente de ingresos. Sin embargo, el doctor Stockmann descubre que sus aguas están contaminadas y suponen un grave riesgo para la salud pública. Como es obvio, tal constatación hace peligrar las fuentes económicas de la comunidad. Ante la evidencia, tanto las instituciones civiles como ciudadanos anónimos defenestran e intentan deslegitimar la autoridad científica de Stockmann. Desde el momento en que una verdad hace tambalear el sistema de valores, se produce una contradicción que Leon Festinger describió como “disonancia cognitiva”. El alcalde llega a decir que las “iniciativas particulares deben supeditarse al interés general, o mejor dicho, a las autoridades”i.

Consideremos los elementos que construyen el relato:

Premisa inicial: un descubrimiento incómodo y la prensa al servicio de la verdad. El punto de partida en Un enemigo del pueblo remite a la causa de tifus y fiebres gástricas, tras un análisis de las aguas del pueblo. “El balneario es un sepulcro blanqueado, así como suena. Créanme. Las aguas son peligrosísimas para la salud. Todas las inmundicias del valle y de los molinos van a parar a las cañerías, envenenan el líquido, y tanta porquería desemboca en el mar, en la playa...”ii. Ante tal revelación, de una certeza absoluta, la primera reacción de La voz del pueblo (periódico local) corresponde a la difusión de la noticia. El fin del primer acto sugiere que el desvelamiento de la verdad comporta un logro para la colectividad. Tanto es así, que Stockmann admite haber realizado algo verdaderamente útil para la comunidad. Incluso la prensa, por boca de Billing -redactor jefe de La voz del pueblo- propone una manifestación en honor del doctor por su relevante hallazgo. En este acto, la prensa no duda en divulgar, como es obvio, cuestiones fundamentales de interés público. La decoración se transforma radicalmente en el segundo acto.

Segunda premisa: función y responsabilidad de la prensa en defensa de la verdad. El segundo acto comienza con una declaración de principios de Hovstad, director de La voz del pueblo. La publicación se arroga la función de oponerse al monopolio político de la camarilla de funcionarios que detentan el poder: “La verdad debe estar por encima de todas las conveniencias”iii, sostiene Hovstad. Incluso afirma que la responsabilidad del periodista le obliga a aprovechar cualquier coyuntura para favorecer el gobierno de los débiles. Desde esta perspectiva, la prensa puede concebirse como una herramienta de insurrección, de contrapeso de los poderes establecidos.

La confrontación con el alcalde de la localidad, hermano de Stockmann y presidente de la Sociedad del Balneario, arroja una situación bien conocida. Los intereses políticos, no sólo de la figura del alcalde, sino de la colectividad, se oponen frontalmente a toda consideración ética. Dicho de otra forma, el bien común se fundamenta en la iniquidad y la miseria humana. Nuestro bienestar, nuestras gratificaciones y felicidades (acaso ficticias) deben asentarse sobre el sufrimiento de otros: siempre hay, como en el film de Pasolini, pajaritos (gorriones) y pajarracos (halcones): Uccellacci e uccellini. Quien denuncia tal estado de cosas es tachado, de modo inmediato, de subversivo, marginal y contrario al bienestar público. En este punto, el Dr. Stockmann es acusado de querer arruinar la ciudad. La esperanza radica en La voz del pueblo: “La prensa independiente y liberal se encargará de haceros cumplir vuestro deber”iv, espeta el doctor al alcalde.

Tercera premisa: la prensa al servicio del engaño. En un principio, el redactor y el director de La voz del pueblo alientan al Dr. Stockmann en su cruzada contra las mezquindades de las instituciones políticas. Sin embargo, un diario se debe a sus lectores. Y la propia población se opondría a la revelación de tales noticias. El coste sería el de cerrar el balneario al menos durante dos años. La hipocresía de la prensa es aquí fiel reflejo de la hipocresía de la sociedad a la que dice servir. El dictamen del doctor ha de hacerse público por razones morales. Sin embargo, el director del diario aduce motivos de interés general para no difundir el resultado de sus investigaciones: “¿Cuál es la primera obligación de un periodista, señores, si no es estar siempre de acuerdo con el público? ¿Verdad que la misión de un periodista se reduce a ser útil a sus lectores?”v. Aquí se anula el sentido crítico de la prensa cuando puede atentar contra las bases socioeconómicas de los grupos sociales a quien sirve. En lugar de mostrarles sus defectos, sus ruindades como haría el buen amigo, se dedican a adularles de modo artero y engañoso. Habría que revisar la distinción entre amigo y adulador de Plutarco: ¿quiere ser nuestro amigo el que únicamente nos dice lo que queremos oír? ¿El que embellece nuestros vicios y los transforma en virtudes quiméricas?

El Dr. Stockmann es declarado en sesión pública enemigo del pueblo por contrariar lo que se ha instituido como verdad absoluta, que es la base sin embargo de un progreso basado en la hipocresía y la degradación moral. “Un hombre libre no debe jamás atreverse a obrar vilmente, de modo que tenga él mismo que escupirse a su propia cara, que avergonzarse de sí propio”vi.

Podríamos acometer una lectura contemporánea de las tensiones reflejadas en la obra. ¿Cuáles son los fundamentos materiales de nuestro modo de vida? ¿Se basan en la explotación de otros pueblos? En un ámbito más concreto, ¿por qué no ocupan las portadas de los diarios las condiciones de vida esclavistas en los talleres del tercer mundo? ¿Qué es el coltán? ¿Qué relación tiene con nuestros teléfonos móviles adquiridos a precios irrisorios? Son algunas cuestiones de las muchas que el lector podrá añadir y que en pocas ocasiones pueblan las portadas de periódicos. La agenda informativa se ocupa de otras cuestiones. El interés general parece ocuparse más de partidos de fútbol y declaraciones políticas huecas y testimoniales que de situaciones miserables que bien podrían conculcar nuestro sistema de valores.

Notas:

iIbsen, H. Un enemigo del pueblo . En Teatro completo , Aguilar, Madrid, 1979, p. 1368.

iiIbídem , p. 1374.

iiiIbídem , p. 1381.

ivIbídem , p. 1388.

vIbídem , p. 1413.

viIbídem , p. 1429.