Por
Luisana Colomine
Esperábamos con ansiedad que el Gobierno Bolivariano rompiera el silencio informativo de esta medida, pero no en ese tono pues si algo ha sido característico de este proceso revolucionario es el derecho a disentir. El disenso ha sido, es y seguirá siendo, fuente de reflexión, de ideas para el análisis crítico de cualquier situación pero especialmente para respetar y reconocer al otro, al que disiente, para poder dialogar y llegar a puntos de entendimiento. Paulo Freire habló de la tolerancia como la capacidad de vivir con lo diferente para poder luchar contra lo antagónico.
Lo menos que se podía esperar era una explicación más o menos “razonable”, si cabe la palabra, no arrojar más dudas sobre una decisión que luego de esas declaraciones, luce más absurda aún con un único y gran perdedor: Hugo Chávez. Sí, porque en este país todo es culpa de Chávez, aunque la influencia de otros esté directamente relacionada con la toma de decisiones que él encara y asume, sean éstas buenas o malas.
Cadena de desinformación
Quien maneja la información tiene el poder. Quien desinforma favorece la especulación, la duda y hasta las malas decisiones.
Haciendo una breve cronología de los hechos, da la impresión de que pocos en el gobierno sabían quién es Joaquín Pérez Becerra. La noticia fue conocida de primera mano por un mensaje que el ministro de Información venezolano, Andrés Izarra, escribió en su cuenta de Twister y en cual se refiere a un “ciudadano colombiano” (ignorando la nacionalidad sueca del periodista) que había sido detenido en el aeropuerto de Maiquetía. El “tubazo” del Ministro de inmediato fue replicado por miles de agencias de noticias. Estas agencias, a diferencia del Ministro Izarra, sí explicaron de quién se trataba este “cabecilla” de las Farc, tal como lo catalogó luego el presidente de Colombia Juan Manuel Santos.
El anuncio nos estremeció, porque el 15 de enero de 2010, habíamos leído en Anncol una denuncia sobre las intenciones del ex presidente Álvaro Uribe de arremeter contra ese medio alternativo, acusándoles de “terroristas”. Los editores y directores de Anncol, de otros medios como Radio Café Stereo y
“Cartelización” de los medios
El tratamiento informativo de los medios en Venezuela (de “oposición“ y del gobierno), sobre la noticia de la captura del periodista, se “cartelizó”, es decir, titularon igual. El Correo del Orinoco lo catalogó de “individuo” (lea la edición del domingo), Ciudad CCS lo sentenció al decir “capturan a terrorista” (http://issuu.com/ciudadccs/docs/240411?viewMode=magazine&mode=embed ) aunque su director, Ernesto Villegas, se apresuró a disculparse ante la opinión pública. La excepción fue Vive TV cuando la misma tarde del sábado y luego el domingo, transmitió el documental “El Baile Rojo” en el cual se narra la historia de
El martes 26 de abril en la noche Telesur ofreció un programa de entrevistas a los abogados Yul Jabour y Ramiro Orjuela, entre otros voceros, quienes atestiguaron que la difusión roja de Interpol la habían montado en pleno vuelo de Pérez Becerra hacia Caracas.
Los errores
La movilización de opinión comienza cuando algunos diputados venezolanos piden ver al detenido y no se les permite. El silencio informativo ofendió, porque esa ha sido un arma de los medios opositores en contra de los logros de la revolución. La actuación del Sebin fue contraria no solo a lo establecido por nuestra Constitución, sino a lo que es una práctica de vida del presidente Chávez en cuanto al respeto a los derechos humanos y al debido proceso. Pérez Becerra fue confinado, aislado…
El 26 de abril el diario El Universal anuncia que la inteligencia colombiana le confía un supuesto “informe” del “Goebless” de las Farc (así califican a Pérez Becerra). En la nota se afirma que el periodista venía a Venezuela con la intención de expandir sus contactos “criminales” y que recibía un sueldo de 1.500 dólares por parte de las Farc (http://politica.eluniversal.com/2011/04/26/guerrillero-queria-ampliar-red-criminal-desde-venezuela.shtml)
“No titubeó”
El 24 de abril, el presidente Santos, periodista y conocedor en profundidad del manejo mediático de las situaciones, revela, mientras chapoteaba barro en una región colombiana golpeada por las lluvias, el “telefonazo” al presidente Chávez para darle los datos del “terrorista” y que el mandatario venezolano “no titubeó” al pedirle que éste fuese capturado. La frase “no titubeó” martillea en la conciencia de muchos. Esa declaración de Santos “santificó” el destino de Pérez Becerra. (http://www.eltiempo.com/politica/lo-peor-que-puede-pasar-es-que-uribe-y-yo-nos-agarremos-santos_9219987-4
Preguntas sin respuestas: ¿quién le dijo a Pérez Becerra que viniera a Venezuela? ¿Porqué no fue capturado en Alemania? ¿Porqué pudo salir de Suecia? ¿Porqué el gobierno sueco no reclamó al preso el mismo sábado si ya la noticia había dado la vuelta al mundo en cuestión de minutos? ¿Porqué Santos no pidió su deportación al gobierno sueco si era público y notorio que el tipo tenía 10 años viviendo en ese país?. ¿Porqué al llegar el detenido a Colombia, el consulado de Suecia envió un funcionario en calidad de “observador“, mientras se investigaba si efectivamente se trataba de un ciudadano sueco? ¿Porqué Santos no ha entregado a Walid Makled, pese a que Nicolás Maduro ha dicho que lo harían “inmediatamente”? ¿Porqué no hemos solicitado al golpista Carmona?…
Y seguramente habrá mucha más información “privilegiada” que los mortales como usted o como yo no conocemos.
Vendrán nuevas explicaciones, aunque si son en el tono de las declaraciones de Maduro es mejor que sigan callando. A lo hecho, pecho. ¿Hay forma de resarcirlo? Sólo nos queda exigir que Suecia reclame a Colombia lo que no le reclamó a Venezuela y que no sea Joaquín la víctima faltante de la masacre de
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