Lo que empezó como una jornada pacífica y democrática se convirtió en un conato de violencia por parte de un grupo de fanáticos opositores que se dieron a la tarea de sabotear la elección del consejo comunal del sector centro de las residencias El Pinar, parroquia Manuel Dagnino, en la ciudad de Maracaibo el pasado domingo 20 de septiembre del año en curso.
Con una evidente muestra de ignorancia sobre la Ley de Consejos Comunales, los opositores iniciaron la discusión alegando que "los habitantes de cuatro edificios no podían decidir por los 94 que conforman el conjunto residencial", obviando la delimitación territorial que indica expresamente que los consejos comunales se conforman con un número máximo de hasta 400 familias. Alegaban la supuesta exclusión de la que el resto de los habitantes era víctima, haciendo evidente su falta de organización para conformar los demás consejos comunales y la negación a los procesos de participación protagónica.
En medio de este sabotaje, fuimos agredidas dos voceras comunitarias de Canal Z, Tv Comunitaria de Maracaibo, Katty y Keyla González, que nos encontrábamos registrando el proceso eleccionario, cuando se exacerbaron los ánimos de los opositores que, ya sin argumentos, decidieron accionar violentamente y, consecuentes con las actitudes de hostigamiento y amenaza que habían mantenido desde horas de la noche del sábado diecinueve (previa a la elección) fueron concentrándose en las cercanías del sitio dispuesto por el Comité organizador para que se celebrase la asamblea constituyente del Consejo Comunal.
Ante la concentración de los opositores, nos acercamos con cámara y micrófono en mano, en una muestra del ejercicio responsable de las herramientas de la comunicación, pasando a entrevistar a voceros de la oposición que allí se encontraban, algunos de los cuales resultaron ser activistas y dirigentes políticos de Un Nuevo Tiempo, y desde ese momento comenzaron a exigir (de una manera no muy amable) que esperaban que sus declaraciones también aparecieran al aire y que no fuésemos un "canal chavista que sesgara la información a favor de los bolivarianos”. También expresaron que "estaban de acuerdo con la realización de las elecciones, pero exigían que fuese un proceso transparente, donde se incluyera a los candidatos del pueblo, candidatos del sector opositor".
De acuerdo a lo manifestado por vecinos de la parroquia, los y las integrantes más agresivos y agresivas del grupo de choque de la misma, financiado por Un nuevo tiempo -entre los que se encuentra un resaltante número de mujeres-, se apostaron en dicho lugar desde tempranas horas de la mañana, a quienes se les fueron sumando dirigentes de la Junta Parroquial de dicho partido, tales como William Castillo, Hilda Rincón, la Jefa Civil de la parroquia y Jesús Yamarte, del sindicato de trabajadores de la Alcaldía, actualmente en manos adecas.
Cumplida dicha labor, nos devolvimos al otro lado de la calle, donde recogeríamos la opinión de quienes defendían la realización de la elección. Allí se encontraba la promotora parroquial de Fundacomunal, Ruth Urdaneta, quien nos manifestó que el Comité promotor del Consejo Comunal había cumplido con el procedimiento legal para la constitución del mismo, como el censo demográfico y las convocatorias correspondientes. De igual modo, resaltó que dicha elección era perfectamente legal por cuanto –contrario a lo alegado por los opositores- se circunscribía únicamente al sector central del conjunto residencial, formado por sólo cuatro de la totalidad de edificios, organizados por nombre y sector, en correspondencia con los límites poblacionales establecidos en la vigente Ley de Consejos Comunales.
Siendo un acto público, los promotores no tuvieron sino la opción de elegir como sitio de resguardo las instalaciones de la cinemateca regional, por contar con las condiciones de espacio y sombra necesarios para protegerse. Contradictoriamente, los detractores se ubicaron en el portón de dicho lugar y comenzaron a aglomerarse para impedir el acceso al mismo, alegando que estaban ahí para "impedir que se llevara a cabo el proceso porque no era transparente".
Entre las mujeres miembros del antes referido grupo de choque (caracterizado además por agredir y provocar principalmente a los hombres), se encontraba la ciudadana Hilda Rincón, quien al ser interrogada por nosotras sobre las razones que sostenían para impedir dicho proceso, manifestó que a pesar de no residir en el sector es Presidenta de la Junta Parroquial y estaba allí para "defender a mucha de la gente que había votado por ella". Luego de realizarle otras preguntas sin obtener su respuesta, dicha ciudadana comenzó a tener una actitud hostil, diciendo que "Lo siento por ti si no sabes eso. Deberías saberlo si eres periodista, ¡creo yo que eres periodista!", frente a lo cual la compañera Keyla González respondió de forma negativa. De inmediato la supuesta Junta Parroquial le indicó que "Entonces no tenía nada que hablar con ella pues no valía la pena", en una actitud totalmente irracional y negadora de los comunicadores populares, quienes propugnamos el derecho a la comunicación por encima de títulos universitarios que faculten para ejercer éste tipo de labores. Posteriormente comenzó a golpear el lente de nuestra cámara que registraba el momento, pero gracias a que nos encontrábamos encerradas del otro lado del portón y en un singular acto reflejo, pudimos esquivar las agresiones de la ya alterada mujer, ante lo cual simplemente exigimos respeto.
Instantes después, los violentos opositores decidieron ingresar por la fuerza a las instalaciones de la cinemateca, empujando y atropellando a quienes nos encontrábamos del otro lado del portón, aprovechado tal circunstancia para lesionar a quienes allí nos encontrabamos, resultando abofeteados y golpeados principalmnte en el rostro y en los brazos.
Una vez dentro del recinto, comenzaron las provocaciones y agresiones físicas y verbales, incluso contra una de las funcionarias de la Guardia Nacional que en ese instante llegaban a la localidad para garantizar el orden. Nosotras seguíamos haciendo el registro audiovisual de las agresiones y falta de respeto por parte de las funcionarias del Junta parroquial, quienes se habían dedicado a vejar y señalar agresivamente de manera particular a una de las Guardias Nacionales, quien pidió no ser identificada, momento en el que un par de las mujeres miembros del grupo de choque se nos acercó para señalarnos de forma pendenciera gritando "¡Fuera de aquí, perras!", ante lo cual naturalmente exigimos respeto, pero, contrario a lo esperado, se nos acercó con una actitud intimidante el ciudadano William Castillo, Presidente de la Junta Parroquial, que aupado por sus compañeras, comenzó a gritarnos de un modo intimidante "¡perras periodistas!", junto a las más bravuconas del grupo, quienes disociadas producto de la acción sistemática de los medios privados en contra de los comunicadores comunitarios y alternativos, insistían a gritos: "¡Grabá lo que tenéis que grabar, porque ustedes sólo sacan lo que les da la gana!, ¡Ustedes no sirven para nada!, ¡No sirven para nada!". Todo ello está debidamente registrado.
De todo nuestro relato queremos resaltar los altos niveles de intolerancia y la no aceptación de la democracia por parte de los sectores oposicionistas de nuestra región. Las actitudes antidemocráticas y fascistas de quienes como en el presente caso niegan la posibilidad de participación del pueblo en las instancias del poder popular no terminan de asumir que el pueblo organizado está decidido a hacer uso de los instrumentos constitucional y legalmente consagrados -en este caso, la conformación de un Consejo comunal-, para garantizar el goce de sus derechos humanos, sociales y políticos, en pleno ejercicio de la democracia participativa y protagónica que vivimos.
Por otra parte se destaca la negación al ejercicio responsable del derecho a la comunicación del pueblo, quienes contamos con las herramientas que nos brindan los medios comunitarios para visibilizar los procesos organizativos de nuestras comunidades, como aporte a la construcción de una nueva comunicación que sea reflejo de los avances del pueblo organizado. La negativa a la participación del pueblo es la autonegación del propio derecho a la expresión.
Los militantes de los medios alternativos y comunitarios, como una manifestación articulada del poder popular defendemos y defenderemos con la vida si es necesario, el derecho humano a la comunicación, así como la orientación de éstos medios como herramienta para la organización. Ni aun con el uso de la violencia nos detendrán en nuestro propósito de construir la comunicación que merecemos, donde el pueblo es protagonista de sus propios procesos y es visible tal cual es, sin maquillajes ni manipulaciones.
¡Sepan los detractores de la comunicación popular que estos hechos no hacen sino fortalecer en quienes la defendemos la convicción de que estamos en el camino correcto!.
Por el colectivo,
Katty y Keyla González
CANAL Z, VENTANA DE NUESTRO PUEBLO
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