Dossier: Imperialismo 2.0
Larissa Costas Manaure / Patria Grande, Viernes, Febrero 26, 2010 - 14:26Salve Cesar, los que vamos a morir te saludan
Un avión no tripulado sobrevuela Pakistán, bombardea una aldea y mueren al menos tres decenas de personas, entre ellas mujeres y niños. Este avión es controlado a distancia por una tecnología similar a la de Internet: el cyberespacio no es inmaterial. El mundo ‘real’ y el ‘virtual’ se retroalimentan y afectan de modo definitorio. Es por eso que hoy, tanto en la guerra como el amor, la Internet es un teatro de operaciones.
No es mito, no es ficción: Internet está cambiando la forma en la que producimos y nos relacionamos. Su crecimiento ha sido vertiginoso: en poco menos de cuatro décadas ha saltado de una oficina casi clandestina del departamento de defensa de los EEUU a los ordenadores y teléfonos móviles de millones de usuarios en el mundo.
Internet: un proyecto bélico
Internet nació en los laboratorios de guerra de EEUU. Fue (y sus formas más sofisticadas siguen siendo) durante muchos años un proyecto, y una realidad, no comercial sino fundamentalmente militar. Su origen no está relacionado con el proceso de globalización, como se presupone, sino con la trama posterior a la Segunda Guerra Mundial, en particular con la Guerra Fría.
Ante el avance tecnológico-militar soviético, el Departamento de Estado norteamericano crea en 1958 una agencia de investigación denominada A.R.P.A. (Advanced Research Projects Agency) cuya misión era desarrollar tecnologías de avanzada para la Seguridad y Defensa; con miras a cumplir este objetivo, contactaron y lograron el apoyo de académicos y científicos destacados.
Este grupo comienza a pensar cómo comunicar a las autoridades militares en caso de una guerra nuclear. De ocurrir un bombardeo atómico, las computadoras centrales de la Defensa norteamericana serían las primeras en ser destruidas, razón por la cual era preciso generar un sistema de información que fuese descentralizado para que pudiese seguir funcionando, a pesar de que alguno de sus nodos/ciudades/bases militares fueran destruidas, y donde cada uno de esos nodos tuviese el mismo valor para producir y recibir mensajes. La intención era poder acceder a la información militar desde cualquier computadora del sistema.
El siguiente desafío fue masificar los ordenadores. Las computadoras eran grandes máquinas a las que sólo podían acceder sus fabricantes. Hubo que estandarizar el equipo, para poder materializar esa red de comunicación. En 1969 logran crear la primera red que recibió el nombre de ARPANET.
Durante la guerra de Vietnam, empiezan no sólo a buscar una tecnología de rutas de información, sino que buscan desarrollar proyectos que eviten el combate directo para reducir las pérdidas humanas en sus tropas.
Según el teórico español Manuel Castells, la participación militar fue sólo inicial y para la financiación del programa. Toda vez que se comprobó la capacidad de conmutar datos, el Pentágono quiso vender a la empresa ATT el proyecto ARPANET: rechazaron la oferta porque no la consideraron rentable.
Es así como el proyecto sale del Pentágono y continúa su desarrollo en el ámbito académico con las primeras interconexiones de universidades norteamericanas y europeas.
Desde entonces, el lenguaje y uso de la Internet se ha simplificado y masificado. La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), un organismo de las Naciones Unidas, presentó recientemente un informe donde afirma que 1.700 millones de personas cuentan con conexión a la Red (26% de la población mundial), mientras que se contabilizan unas 4.600 millones de cuentas de telefonía móvil en todo el planeta, lo que supone una penetración del 67% a nivel mundial. Se cree que para el 2035, el 70% de la población mundial acceda a Internet.
Danger: WEB Toys
La filosofía de los fundadores de Internet sigue intacta y, sin duda, es una tecnología que continúa siendo utilizada para la guerra de muchas maneras. Podemos mencionar la penetración cultural e ideológica, la contratación de personal para que elabore páginas web, blog, usuarios falsos en redes sociales que sirvan para justificar invasiones y agresiones contra los pueblos, el uso de las redes sociales para desestabilizar escenarios políticos en algunas regiones, espionaje y, quizá, su utilización más pomposa: la construcción de grandes aviones y helicópteros no tripulados que convierten a la guerra en el más letal de los video juegos.
Tras Internet existe un sofisticado desarrollo de la tecnología militar. El sistema de navegación por satélite permite determinar con precisión la posición de una persona, un vehículo o un objeto en cualquier parte del planeta. Partiendo de ese principio se erige una impresionante industria de armamento de reconocimiento.
Científicos del DARPA han conseguido remover el tórax de una polilla durante su estación en la crisálida y han insertado un chip que ‘crece’ con el insecto. Desde ese momento, la polilla pierde toda voluntad y es guiada a control remoto.
Este sistema montado en la parte dorsal del protórax consiste en un conjunto de estimuladores nerviosos, estimuladores musculares, un micro-controlador de transmisión-recepción de radio y una micro-batería.
El microinsecto ya ha sido utilizado en labores de espionaje en EEUU durante manifestaciones contra la guerra.
Los científicos también han logrado copiar el insecto, logrando un par idéntico en características físicas, pero completamente electrónico.
BigDog es un robot andador, cuadrúpedo, dinámicamente estable, para uso militar.
Fue creado en 2005 conjuntamente por las compañías Boston Dynamics y Foster-Miller, el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Nasa y la Concord Field Station de la Universidad de Harvard.
El prototipo midió 0,91 m de largo, por 0,76 de alto y pesó 110 kg; más o menos como una mula pequeña. Aunque se especula que ya se logró construir uno muy similar a un perro doméstico.
Es capaz de atravesar terrenos complicados a una velocidad de 6,4 km/h cargando hasta 150 kg de peso y de subir pendientes de 35°.
Un ordenador de a bordo controla la tracción, en base a las entradas que recibe de los múltiples sensores con los que cuenta el robot, así como la navegación y el equilibrio.
El ordenador de a bordo consta de una placa base PC/104 modificada, con un procesador Pentium 4. Utiliza QNX como sistema operativo.
Los vehículos aéreos no tripulados (por sus siglas del inglés UAV Unmanned Aerial Vehicle), son transportes aéreos capaces de volar sin necesidad de piloto humano, gracias a un sistema de pilotaje autónomo.
El término no tripulado puede parecer confuso, debido a que su traducción no es del todo exacta: no tripulado se ha utilizado en este caso como traducción de Unmanned, o “no pilotado”.
Estas aeronaves poseen sistemas que combinan información procedente de sistemas de posicionamiento como GPS, navegación mediante GIS, servomecanismos, etc. La CPU que lleva a bordo se encarga de pilotar sin que sea necesario disponer de un humano a bordo. Hoy en día el país que más aplicaciones y mayor número de ellos tiene operativos es EEUU.
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