“La Universidad Bolivariana, es motor, es vanguardia, es caballo, es lanza, es bandera, de un nuevo modelo educativo de liberación. Ustedes son actores fundamentales de esa vanguardia, siéntanse orgullosos mujeres y hombres”

Fragmentos del discurso del Presidente Hugo Chávez, Caracas, 08/11/2003, en el marco de la inauguración de la sede UBV Zulia.

sábado, 27 de julio de 2019

La UBV tiene un nuevo comienzo...

martes, 16 de julio de 2019

16 años de la UBV - Palabras de Jhasua Guerra - Coordinador de CIPEE

La UBV cumple 16 años!!!


Palabras pronunciadas en la celebración de los 16 años de la Universidad Bolivariana de Venezuela

Por 
José Javier León


Foto: Norman Prieto

La UBV tiene prácticamente los años de la revolución bolivariana. Nació en el 2003 pero viene de antes, de los sueños de libertad con los que recorrió Bolívar la América meridional, de la mano del espíritu rebelde de su maestro, Simón Rodríguez. La UBV es la imagen de un proyecto que intenta hacer posible una universidad del pueblo y para el pueblo, y en ese sentido, posee una originalidad y una fuerza distinta a la de las universidades conocidas en las que se han privilegiado históricamente el estatus y los conocimientos llamados universales pero que no son sino la cristalización de las ideas hegemónicas y dominantes, que consideran el conocimiento un bien privado, restringido y excluyente. La UBV, en tanto universidad bolivariana, hace honor al Libertador, por lo que debemos lograr que cada vez más ese honor sea verdaderamente honrado. Y por si no fuera poco y obligante el deber que le debemos a Simón Bolívar, debemos además rendirle honores a Chávez quien soñó para la UBV lo mejor, lo más grande.

La UBV ha estado llamada desde su nacimiento a subvertir el orden colonial del conocimiento universitario. Pero la UBV somos nosotros, es decir, el conjunto de cada uno de nosotros, y somos por tanto los llamados a hacerlo, por lo que esa subversión debe ocurrir antes aquí dentro, en nosotros y, en consecuencia, se hará no como mera proyección sino carne, músculo y nervio en la UBV. La Universidad Bolivariana de hoy es lo que hemos aprendido en ese proceso de subversión, y se parece a lo que hemos creído y crecido. En otras palabras, nosotros somos la UBV hoy y de hoy. Y en nuestra transformación y renacimiento está la UBV de mañana.

Yo he venido pensando que los problemas son directamente proporcionales al avance de la revolución bolivariana, es decir, los ataques a los que hemos sido sometidos, de afuera y de adentro, tienen una violencia que se corresponde con la resistencia de las fuerzas revolucionarias. Buscan destruir con alevosía lo mucho que hemos avanzado. Casi he llegado a pensar que son propios de la revolución los muchos y acumulados problemas, porque no hay manera de transformar de raíz sino trastornando el sentido acostumbrado de las cosas. En 1823 Bolívar llegó a exclamar “la época de la patria ha sido la época del crimen y del saqueo”. Hoy tenemos patria y como ayer, mil demonios se han desatado contra ella. Necesitamos una mente esclarecida, un mirar visionario, temple y firmeza en lo que emprendamos, para poder avanzar sobre los escombros de la Venezuela rentista y parasitaria que nos jalona y que nos dice que esa y no otra es Venezuela. No. Son los estertores de la muerte de lo viejo lo que estamos viviendo, es lo que no se resiste a dejar de ser lo que en muchos casos nos rodea para inocularnos desesperación y desesperanza. Compañeros, la vida nace de y en lo que se pudre, lo viejo es abono. Por eso no veo mayor problema en los problemas, sino la evidencia de que estamos haciendo y avanzando en la dirección contraria a las fuerzas de la muerte, que son las de la cultura del capital. Es evidente que deben haber contradicciones y que no siempre compartamos criterios porque lo que está en construcción está en movimiento y el movimiento es cambio y el cambio tiene mucho de desconocido. En otras palabras, donde no hay problemas no hay transformación. Y si los problemas arrecian, es porque arrecian las contradicciones. Debería ser evidente que la importancia de Venezuela en el mundo, su papel estelar en la geopolítica, venga acompañado de una crisis del tamaño de los intereses que están en juego y que pueden dar pie a una conflagración mundial. No es poco entonces lo que está en juego.

 
Momentos de la gala cultural
Fotos: Norman Prieto
La guerra que estamos padeciendo es híbrida y multifactorial, ya se ha dicho, y parte de esa guerra trajo desmantelamiento de nuestra infraestructura en comunicación, alimentación, salud, educación, ámbitos en los que avanzamos en una década vertiginosamente. El ataque a la UBV es similar al sufrido en otras sedes universitarias y a muchas y diversas instituciones estatales y públicas. No es ni de cerca un caso aislado. Lo mismo la disminución de la matrícula. Pero proporcional a los ataques ha sido la respuesta revolucionaria. ¿O no fue poco ganar las alcaldías y gobernaciones como las ganamos? ¿No fue sorprendente y no quedó el mundo abismado al ver cómo vencimos la violencia de la guarimba con la Constituyente? ¿No fue un golpe maestro de la política la contundente victoria en la elección presidencial que prácticamente acabó con la oposición, hasta el punto de no dejarle a los EEUU otra alternativa que quitarse la careta e inventarse -de la nada- un presidente de alfeñique? Todos esos triunfos se convirtieron y son hoy garantía de paz, una paz que hay que cuidar y proteger contra todas las provocaciones y contra la fábrica desatada de mentiras, contra todos los sabotajes y actos terroristas. Una paz también, relativa y problemática, asaltada y vulnerada por la guerra económica llevada adelante por factores internos y externos que ya todos conocemos bastante bien. Pero, en ese marco de desestabilización generalizada ocurren en nuestra realidad muy particular acciones de la más alta importancia estratégica: el renacimiento de una ciudad que estaba tirada al abandono, calles destruidas, montañas de basura, desmantelada la infraestructura vial y de luminarias, los servicios públicos todos al borde del colapso, hospitales y escuelas en ruinas, en fin, la destrucción sistemática de la ciudad para provocar la sensación y la condición de inviabilidad que se tradujo entre otros factores en una huida de profesionales y jóvenes. Pero entre las acciones y respuestas a lo planteado por la derecha fascista y retrógrada, hay una para mi fundamental, la toma por las fuerzas bolivarianas del Centro de la Ciudad. Yo creo que debe estar claro que ese Centro no es sólo geográfico sino sobre todo simbólico y que de allí la gestión de la gobernación y en especial de la alcaldía han de irradiar a toda la ciudad y a todo el Estado. Controlar la capital y su centro es el paso previo al control territorial de lo simbólico. De modo que debemos inscribir el nacimiento del Corredor Universitario Hugo Chávez en la retoma histórica, geográfica, cultural de Maracaibo en alianza estratégica con el sur y todas las coordenadas este y oeste de la ciudad y municipios vecinos. Debemos recordar y enfatizar que la revolución bolivariana tiene en lo territorial un anclaje fundamental. Así que para emprender cualquier proyecto productivo, es requisito primordial el conocimiento y el control del territorio. Eso lo comprendió y asumió la UBV como parte orgánica y estructural de su ontología y praxis.

De más está decir que soy uno de ustedes y que he padecido los problemas, y en lo posible contribuido a la construcción de la UBV en nuestra sede, cuando nacimos allá en la Rinconada y ahora, en este momento coyuntural, complejo y difícil. Con respecto a la sede en La Rinconada he pensado una frase que creo contundente y casi lapidaria: lo tuvimos todo y no supimos qué hacer. Veo en esta síntesis contradictoria un reflejo de la revolución bolivariana pero también una evidencia de la capacidad de soñar, de ir por sobre la realidad a paso de gigante, del Comandante Chávez, cuando pensó -utópico y telúrico- que podíamos desarrollar un Núcleo de Desarrollo Endógeno siendo que todos los llamados a ejecutar ese sueño veníamos de universidades enclaustradas, coloniales, rezagadas, aunque también de diversas luchas revolucionarias que debían en la UBV juntarse y caminar juntas -sin haberlo hecho en un proyecto similar jamás-. Fue sin duda con la revolución liderada por Chávez y a través de los años poco a poco y no de la noche a la mañana como si fuera una revelación de iluminados que nos fue naciendo la urgencia de construir conocimientos arraigados en la diversidad cultural y productiva, un concepto de economía raigal diametralmente opuesto al rentista petrolero propio de lo que fuimos durante todo el siglo XX, una colonia norteamericana. No teníamos para darle forma al sueño del Comandante sino las armas melladas del conocimiento libresco y especulativo. No podíamos en verdad, hacer más. Sin embargo, desde muy temprano, imbuidos por el impulso de Chávez, comenzamos a desaprender, a mirarnos por dentro, a reconocernos en dinámicas inéditas, a aprender haciendo. Y eso es lo que hemos hecho en estos 16 años. Aprender, equivocarnos y aprender. Sin los errores es imposible el conocimiento y la sabiduría. ¿Podíamos saber -como lo sabemos hoy- que necesitábamos producir nuestros alimentos, por allá en el 2004? ¿Era posible hacerlo viviendo en la burbuja de los petrodólares? Sólo Chávez y su experiencia campesina lo sabía y nos mandaba a construir lo que hoy sí sabemos nos pueden salvar: los gallineros verticales. Por esa razón, no somos los mismos, mucha agua ha corrido bajo el puente y hoy estamos en mejores condiciones para afrontar esta y todas las crisis que vengan, porque tenemos una experiencia que debemos saber valorar y dimensionar. Sabemos que sólo unidos podemos vencer, que el conocimiento tenemos que arraigarlo en prácticas y saberes tradicionales, que debemos explorar las vetas productivas de nuestros PNF y PFG, hasta dar con una fórmula inédita en las universidades venezolanas: la unión estratégica de conocimiento y tecnología, comunidades y territorios. En la intersección de todas esas claves está la UBV.

Por eso me parece tan providencial que en medio de la crisis, hablemos de renacimiento, de un nuevo nacimiento. Pongamos pues al servicio de ese alto sueño todo lo que sabemos. Toda la unión y toda la sabiduría acrecentada por la resistencia, por los muchos dolores pero sobre todo por la alegría de sabernos juntos construyendo la patria de todos y todas.

Compañeros, como ya lo saben estoy asumiendo una dirección que sólo tendrá éxito si es colectiva. Tengo en mis manos las sistematizaciones de todos nuestros aportes en sucesivas jornadas de discusión y construcción universitaria. Estamos hoy en plena revisión curricular. Asumamos todos esos procesos con optimismo y con la mirada puesta en el más alto de los objetivos: la transformación de la realidad. Como lo decía de alguna manera Chávez en el 2011:

Las instituciones de educación universitaria deben desarrollar componentes socioproductivos apoyados en las capacidades científico-técnicas e innovadoras para impulsar la transformación del capitalismo rentístico en un nuevo modelo productivo socialista, que permita el desarrollo del protagonismo socioproductivo del estudiantado y del Poder Popular, aunado al potencial productivo y científico- tecnológico local, regional y nacional,

Las instituciones de educación universitaria deben priorizar el interés del trabajo liberador por encima del interés por el capital, favoreciendo la elaboración de estrategias que apoyen la vinculación universidad-producción-innovación, a través de la organización, creación y generación de conocimientos y la formación y educación del estudiantado del pueblo, para que asuman el control directo de los procesos de producción, distribución y comercialización de bienes y servicios imprescindibles para satisfacer sus necesidades y contribuyan a la construcción del modelo productivo socialista, a través del vínculo conocimiento-producción,

Las instituciones de educación universitaria deben contribuir al desarrollo del protagonismo socioproductivo y del potencial creativo para acompañar el desarrollo humano integral del Poder Popular, en la construcción de una nueva sociedad democrática, basada en la ética del trabajo y en la participación activa y protagónica del pueblo trabajador en los procesos de transformación social, a través de sus proyectos de vida colectiva entrelazados con los planes de desarrollo local, regional y nacional,

La transformación universitaria pasa por el estímulo y apoyo al desarrollo del protagonismo socioproductivo de las y los estudiantes, de modo progresivo y diferencial, así como de la multiplicación del número de proyectos productivos universitarios, que contribuyan a innovar con fuentes de trabajo y a generar nuevas oportunidades de inserción socio-productiva, con el fin de promover condiciones para la producción autónoma de base científico-técnica independiente, como vía de fortalecimiento de la soberanía nacional.

He citado ampliamente algunos considerandos de la RESOLUCIÓN Nº 1282 del 27 de julio de 2011. Está plenamente vigente en su espíritu transformador. Hago propias esas palabras y las invoco para que juntos y juntas, las hagamos realidad.

jueves, 27 de junio de 2019

Conversatorio: PERIODISMO Y POSVERDAD


Ideas llevadas al conversatorio 
PERIODISMO Y POSVERDAD en el marco del Día Nacional del Periodista, moderado por Alexis Blanco y que tuvo lugar en el Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez


La verdad es un desiderátum
Depende de quien la dice, y por eso está entrañablemente vinculada al poder, que la impone a la fuerza. En otras palabras, quien tenga el poder para imponer su verdad, la tendrá.
El pueblo (si cuando decimos pueblo hablamos de un sujeto histórico en pugna contra los poderosos que lo niegan e invisibilizan) puede conocer alguna verdad incluso como testigo directo, como testimonio, como actor o protagonista, pero si no tiene el respaldo de la fuerza para imponerla, su verdad no se hará efectiva, vale decir, no se sabrá.
La verdad del pueblo es amasada con la ética que es el refugio de lo humano a donde no llegan ni la fuerza ni la muerte.
La verdad del pueblo encarna en hombres y mujeres que, de pronto, son el pueblo todo, el pueblo mismo.
La verdad nos hará libres, reza el evangelio. Pero lo que nos libera, finalmente, es la ética. No por decir la verdad seremos libres, sino por sostenerla aun en el más completo de los silencios incluso con la vida.

Las operaciones de intoxicación contra la verdad están dirigidas a corromper la relación Verdad-Realidad y Verdad-Ética
Resulta obvio que los medios tengan que mentir. El capitalismo sería insostenible si se supiera la verdad.
Lo novedoso es que lo medios mientan con tanta frecuencia e intensidad. Acaso se deba a la relativa facilidad con que los ciudadanos/usuarios de las redes pueden hoy enterarse de ciertas verdades que los poderes fácticos necesitan mantener ocultas.
Al proliferar las fuentes (por la multiplicación exponencial de usuarios de las redes con capacidad potencial y siempre creciente de producir contenidos) han proliferado los medios alternativos, en consuno con las redes. Por eso, el poder se ve obligado a controlarlas si no puede controlar del todo las fuentes. También las controla a éstas, desacreditándolas, bien de manera individual, bien de manera colectiva, desautorizando las posiciones y tendencias ideológicas.

El objetivo de los medios de comunicación es evitar a toda costa la comunicación
El espacio de la comunicación tiene que ser ocupado por la “comunicación” mediática, siempre y por definición, mediada.
Pero el ascenso de las voces alternativas y su correspondiente fuerza mediática vienen acompañados por un declive del prestigio del poder de la fuerza de los medios. Ese declive es compensado con el ejercicio del poder al desnudo, sin afeites ni adornos.
Se impone así el terrorismo mediático y el sicariato, simbólico o físico, aunque el primero siempre precede al segundo.
Por otro lado, el declive de las formas tradicionales del poder (lo que sería la pérdida de la hegemonía) se traducen en el ascenso de las formas para-estatales o para-privadas (mafias de toda laya cuyo único signo ideológico es la protección a muerte de los mecanismos de acumulación de riqueza de los ricos) del poder de la violencia. Si no se puede ocultar la violencia, y luego no se puede disimular, entonces se precisa de una violencia opaca, secreta, sorda, terrible, (por) omnipresente.
Otra estrategia consiste en colmar el espacio mediático con la proliferación de fuentes “alternativas” con mayor poder y capacidad mediática que hagan el trabajo de intoxicación o contaminación de la atmósfera o medioesfera. Y por supuesto, captar voces alternativas que se han labrado un reconocimiento o prestigio poniendo transitoriamente a salvaguarda su ética, pero que finalmente ceden a las presiones, a los chantajes, al cansancio o la desesperanza.



jueves, 25 de abril de 2019

Participación en el Taller Comunicación en tiempos de guerra


 
Participación en el taller
Comunicación en tiempos de guerra
Realizado el sábado 20 de abril de 2019
en el Centro Cultural Juan de Dios Martínez, municipio San Francisco


José Javier León
joseleon1971@gmail.com

Tengo un tiempo trabajando la relación de la comunicación con la memoria y el territorio partiendo de algo muy sencillo, que puede ayudarnos a pensar más cosas. Se trata de lo siguiente: el capitalismo tiene un objetivo central, que es el que le permite el que todos conocemos, a saber la acumulación de riquezas. Sin embargo, lo que digo es que previo a este tiene un objetivo central: destruir la memoria de la humanidad, la memoria de los territorios y por ende de la gente. Por eso, objetivos militares son: bibliotecas, museos, los grandes y más importantes edificios, y por supuesto las personas que tienen o guardan la memoria de sus pueblos: líderes espirituales, religiosos, sabios en el manejo de la palabra, como los pütchipü'ü o palabreros. Esto tiene la finalidad de que las poblaciones queden sin referentes, esto es, sin a quién ni a qué acudir, sin poder dirigirse en un momento de conmoción a un lugar específico porque desapareció, o porque ha sido borrado o derruido. El capitalismo busca que las personas pierdan los lugares de referencia y, cuando eso ocurre, quedan desorientadas y por tanto vulnerables, pues no pueden acudir por ejemplo a sus líderes espirituales ni pueden ir a un lugar donde pudieran reencontrase y reconstituirse. Esa destrucción sistemática la practican en guerras declaradas o en guerras no convencionales, las cuales por cierto, siempre han existido.

La guerra no convencional antecede a la guerra regular o convencional, a la intervención militar con disparos y bombas. La que vivimos es una guerra de ablandamiento, como la que se practica a un país sitiado como se sitiaban antes castillos y fortalezas, o ciudades enteras. La mitológica guerra de Troya fue un sitio de 10 años y Homero la cantó en el siglo IX a.C., cuando ya era memoria oral. Sólo cuando la ciudad ya no se puede sostener ocurre la ocupación. No estamos pues, ante un escenario novedoso.

La humanidad siempre ha buscado autodestruirse, tal vez por un extraño sentido tanático, un amor por la muerte que parece acompañar la condición humana. Por eso pienso que debemos ver la actualidad con un sentido antropológico pues ciertamente, lo sociológico aunque está candente, si tratamos de reflexionar debemos ir más allá y por eso, creo, ir a lo antropológico.

Estos encuentros, esta necesidad que tenemos de hacer un control de daños y un control espiritual, nos sirven para ver cómo está avanzando en nosotros el conflicto. Por eso me parece fundamental traer a la reflexión cómo el capitalismo ataca la memoria. ¿En ese escenario qué nos toca hacer? Sin duda, fortalecer la memoria, trabajarla. Pienso al respecto que EEUU ha cometido algunos errores, como lo cometieron en Siria, en Irak, naciones milenarias. Han cometido el error de medirnos con su rasero tecnológico. En sus círculos pensantes debieron prever que si nos quitaban la electricidad y nos quitaban el acceso a la tecnología, que sin duda es, para ellos una adicción, un fenómeno que han estudiado por años, caeríamos en una suerte de estado de crispación por abstinencia o algo así, una suerte de colapso emocional que desencadenaría brotes de violencia en cadena. De hecho, cuando inició este conversatorio la compañera Tania partió de lo tecnológico mostrando una serie de equipos reproductores, grabadores y de telefonía que por algún tiempo fueron hitos tecnológicos. Ese cálculo lo hizo la inteligencia norteamericana pero en nosotros, que somos caribe, indios, negros, que tenemos una memoria popular, se activó exactamente lo contrario.



Activaron la resistencia, lo que apenas una generación atrás nos constituye. Mi papá, por ejemplo, creció criando cochinos. Es decir, lo campesino (un mundo fundamentalmente no eléctrico) lo tenemos en la pata de la oreja. Muchos son campesinos, es decir, están vinculados directamente a la tierra, vale decir, a la memoria, al madrugar para aprovechar el sol desde que nace y acostarse como dicen, con las gallinas. Se trata entonces de un error de cálculo que, o bien puede prolongar la guerra en tanto se prolonga el sitio, como también tomando conciencia de este potencial vinculado a la tierra y a la producción en el campo, puede convertir el sitio en otra cosa e incluso, llevarnos a ganar la guerra, por cuanto habremos tomado plena conciencia de nuestros propios y soberanos procesos.

Con respecto a lo estratégico de la comunicación, he pensado que nuestros gobernantes se equivocan cuando ocultan o se reservan información, muy al contrario creo que deben informar. Yo pienso que hay que decir la verdad. La gente no se merece, por un asunto de cálculo político, desconocer la gravedad del asunto. Si eso lo hubiera hecho Fidel la revolución cubana hubiera caído. La conciencia del pueblo cubano viene de que Fidel informaba con números pormenorizados el estado de la guerra. Lo que sostiene al Che no es la iconografía capitalista sino que decía la verdad. Y la podía decir porque tenía moral para ello, porque era inflexible y justo. Nuestros gobernantes en cambio, calculan demasiado y se equivocan. Tienen que informar y cuentan con los medios para hacerlo.

Por otro lado, he pensando que los gobiernos deben cumplir esa suerte de mandato de Jesús de optar y comenzar por los más débiles. Creo que un gobierno revolucionario debe partir de esa lógica cristiana de que los últimos sean los primeros, porque muy al contrario he visto que las zonas populares, al oeste de la ciudad, o bien algunos sectores llamados periféricos (cuando no marginales, por vivir al margen del… derecho a la ciudad, a la salud, a la educación, a la cultura...), son discriminados en el acceso a los servicios. Ciertamente, cuando servicios en crisis como en este caso el eléctrico comienzan a ser medianamente controlados, estos sectores resultan más golpeados con horas de racionamiento más largas que los del norte de la ciudad, donde por cierto vive menos gente pero donde se consume y derrocha más electricidad. Parece instruirse que deben resistir y aguantar los más pobres. Una lógica perversa, no sé decir si maquiavélica.

Eso es parte de lo que mencioné arriba como “cálculo político”. El pueblo sin embargo, noble, se moviliza y ha votado mayoritariamente a favor de la revolución en distintos eventos electorales, a pesar digo, de ser sistemáticamente golpeado en escenarios como el actual, porque no es nuevo que son esos  sectores los que más llevan. Responde ello a ese cálculo, como también, a un uso perverso de la comunicación institucional puesto que se protegen y privilegian intereses contrarios a los del pueblo. 

Asistimos también a un renacer, producto de la guerra, de cosas que teníamos perdidas, que tienen que ver con la memoria y que nosotros desde nuestros espacios, desde nuestros sitios de trabajo y trincheras, tenemos que impulsar y dar la mayor de las fuerzas, entendiendo que en ellas se concentra la vida. Cuando llega la noche y llega la oscuridad, llegan la voz del anciano, la voz de la abuela, la voz de la experiencia, llegan los cuentos, llega la lectura nocturna con velas o linternas y se extiende la posibilidad mágica de la noche, se hace presente y presencia la vida. Yo leí a un filósofo alguna vez comentar que los japoneses cultivaban la oscuridad, la noche, lo oscuro para tener encuentros con lo esencialmente humano*. Los gringos pues, se equivocaron. Pretendieron quitarnos la tecnología y nos entregaron la noche, y la noche es la maravilla. Nuevos amigos, reencuentro con los vecinos, solidaridad, noviazgos, porque en la noche se cultiva el amor y la amistad. Eso es maravilloso, pero debemos saber conscientemente que todo ese mundo inexplorado está ahí, a flor de cotidianidad.



Finalmente, debemos hacer todo lo posible para que nuestros gobernantes e instituciones entiendan que tienen que informar. La información y la verdad por dura que sea, tiene que venir acompañada de acciones de gobierno. Porque el pueblo está resistiendo por su naturaleza, por su ascendencia negra, caribe, campesina, indígena. Pero tenemos que incorporar todo eso a la conciencia, convertirlo en programa y llevarlo a la escuela, a los liceos, a los talleres, incluso, aunque haya luz, hay que hacer la noche. ¿A qué me refiero? Al cultivo de la palabra y la memoria. Debemos llevar la palabra a los medios y aprender a producir comunicación como memoria. Tenemos que lograr que sea atractivo, pues resulta muy atractiva la noche, ahora bien, cómo llevamos la noche a los medios entendiéndola claro está, como una dimensión mágica y profunda. En otras palabras, cómo llevamos la memoria a la radio, las redes y la televisión para construir la vida.

En síntesis, planteo que sólo podemos resistir si nos salimos de la lógica de producción, distribución y consumo del capitalismo.

Igualmente, es muy importante organizarnos a partir de la verdad que sabemos, que podemos saber y descubrir con la organización popular y sus equipos de estudio e investigación, porque ciertamente, la verdad es una construcción colectiva. 

Lo otro que no debemos perder de vista es que estamos embarcados en una guerra civilizatoria, que formamos parte de una guerra del capital. Se están moviendo las placas tectónicas del poder mundial, está reapareciendo la antiquísima Ruta de la Seda, y con ella unas riquezas enormes de las que no tenemos dimensión. Una extensa región del mundo está pasando a concentrar el poder económico, amén de que cuenta con la mayor cantidad de población del planeta y de todo eso, apenas si tenemos noticias. Nuevos y enormes bancos están desplazando a la banca sionista, norteamericana y europea. Esa realidad emergente no la puede parar EEUU, con sus presiones, chantajes y aspavientos. Muy probablemente ya no cuenta con la capacidad militar ni productiva para detener lo inevitable, además porque hace años, precisamente por su afán desmedido de riquezas, trasladó sus capitales golondrinas al Asia y a otras regiones del planeta buscando mano de obra barata. Además, tiene una deuda astronómica impagable por lo que estamos ante un país quebrado y peor aún, moralmente quebrado, que ya no puede erigir su hegemonía ni con más Hollywood ni campañas pronorteamericanas.

Nosotros somos víctimas, por estar en este hemisferio, de esa vocación de llamarnos “patio trasero” producto de esa Doctrina Monroe que según Bolton está viva y muy viva. Pero se trata de bravuconadas. Debemos pues, saber que estamos en una situación límite que incluso podría arrasarnos, pero no podrán hagan lo que hagan detener la realidad emergente. Venezuela es hoy por hoy un proveedor seguro de petróleo para China y otros países en crecimiento, además somos una potencia en gas y oro, y el oro volverá a ser respaldo para la diversa canasta de monedas del nuevo orden económico, pues el dólar va a desaparecer como moneda de referencia, como de hecho ya está ocurriendo.

Ahora bien, somos actores y protagonistas en todo esto y sólo la conciencia podrá salvarnos. Debemos aprovechar esta coyuntura para concentrarnos en la palabra, en la construcción colectiva de la memoria y desentrañar la síntesis que ya mencioné: resistiremos si y sólo si escapamos de la lógica del capitalismo.


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En un fragmento del artículo, se lee: "El capitalismo también prohíbe las horas oscuras y para eso tiene que incendiar el mundo. El capitalismo prohíbe el aburrimiento y para eso tiene que impedir al mismo tiempo la soledad y la compañía ¡Ni un solo minuto en la propia cabeza! ¡Ni un solo minuto en el mundo! ¿Dónde entonces? ¿Qué es lo que queda? En el mercado, donde la televisión está siempre encendida, donde la música está siempre sonando, donde las luces siempre destellan, donde las vitrinas están siempre llenas, donde los teléfonos celulares están siempre llamando, donde incluso las pausas, las transiciones, las esperas, nos proporcionan siempre una emoción nueva. El capitalismo lo tolera todo, menos el aburrimiento. Tolera el crimen, la mentira, la corrupción, la frivolidad, la crueldad, pero no el tedio. Berlusconi nos hace reír, las decapitaciones en directo son entretenidas, la mafia es emocionante. Eso que el filósofo Stiegler ha llamado la “proletarización del tiempo libre”, es decir, la expropiación no sólo de nuestros medios de producción sino también de nuestros instrumentos de placer y conocimiento, representa el mayor negocio del planeta. El capitalismo y su industria del entretenimiento construyen todo lo contrario de una cultura del ocio. En griego, ocio se decía skhole, de donde viene la palabra “escuela”. Pero a nosotros nos divierten, nos entretienen, nos distraen.
Y sin embargo, el primer espectáculo,
aquel que define al ser humano como precisamente humano, aquel del que ha surgido todo lo que hemos hecho y todo lo que somos, tiene que ver con la oscuridad y la quietud.
(…) Para nosotros, nunca llega a hacerse realmente de noche, de manera que hemos perdido la posibilidad de ver la Vía Láctea; es decir, la galaxia en la que habitamos y que nos permite orientarnos en el cosmos. Nuestros cielos son tapas o valvas que ocultan el firmamento. Como moluscos, estamos encerrados dentro.



viernes, 22 de marzo de 2019

La poesía es el sentido siempre naciente

Por José Javier León
Tomado de su BLOG


Es sabido, largamente, que los seres humanos somos seres de palabra. Que las palabras nos constituyen y conforman. Por lo que debemos saber, también, que todos los ataques al ser humano son, en el fondo y en esencia, ataques a la palabra, a sus palabras. De ahí la crueldad del ostracismo y el aislamiento, la desorientación y desolación que provoca que nos corten la comunicación con los otros, con el entorno, con el mundo. Nuestros verdaderos límites están en nuestras palabras. Podemos llegar al confín del mundo viajando en ellas. No hay prisión, si la palabra vuela. Esto lo sabe el poder que la cercena. Que la pervierte, la enajena y la borra.

He pensado que los que alejan a la poesía del pueblo persiguen que este pierda el contacto con las palabras esenciales, con la esencia de la vida que está en las palabras. Alejan a la poesía creando una distancia, un muro ilustrado, elitesco, haciendo creer que la palabra poética es asunto de iluminados. Pero no. La poesía nació en el pueblo, sólo que llegada a palacios y cortes se remilgó, edulcoró y pretenciosamente, elevó. Sí, después del tránsito por la tierra, por los dolores y amores de los hombres y las mujeres, la poesía derivó en fabla de(l) poder.

La poesía, por ser y venir del pueblo, tiene vocación de aire. Es efímera y se acomoda a los ritmos de la respiración de los idiomas. Por eso, los primeros poemas escritos que se conocen provienen de la oralidad y sólo tras muchos siglos de trance aéreo fue que las castas de escribas llevaron a tablas, pergaminos, papiros y papel, versos y hemistiquios. Cuando la poesía llegó a la escritura, algo perdió. De ahí pienso que la mejor poesía siente una nostalgia profunda por la oralidad, por su fuente nutricia y albo alimento. La mejor poesía (y creo incluso lo mejor de la literatura) se surte de lo oral, de la palabra viva.

Porque la escritura nació para la administración, para llevar cuentas y haberes del mundo del dinero. Todo se podía olvidar menos las deudas y el nombre de los morosos. Por su parte, las leyes tampoco podían ser olvidadas y menos incumplidas y por escrito debían quedar sus interdictos. Leyes y administración nacieron para cuidar los bienes de los poderosos y la escritura fue el vehículo para fijar, establecer, determinar. La ciencia y el conocimiento, lo que tienen de fijo, establecido y determinado, les vendría también de la escritura. En ese sentido, la literatura sería muy posterior a esos usos mundanos. Y cuando llegó a la poesía, esta sufrió su rigor: fue encapsulada en formas fijas, estrictamente medidas. La poesía sin embargo, desembarazándose de los impuestos, impregnó a la escritura de sus atributos, desafiando la ortodoxia, la sintaxis y la ortografía. Recordando y retomando sus orígenes, su fuego inaugural.

La escritura se encargó de desplazar a la oralidad obviamente, por venir del pueblo; por ende, mira con desdén los juegos de (la) palabra, su graciosa vitalidad. Hay una poesía sin duda hecha a la medida de la escritura y de sus vicios, de la escritura clasista y excluyente, y sólo se acerca al pueblo cuando se acerca a la oralidad, a su espontánea y dúctil flexibilidad.

La verdadera poesía tiene claro que debe vérselas con la escritura y su poder. La escritura procura cercar y dominar. Procura controlar. Busca que la realidad no se desborde ni salga de la horma. El poder que está detrás de la escritura y que con ella se expresa, presenta dos opciones: la oscuridad opaca del sentido o su transparencia inocua. Lo críptico que se despeña en el vacío o el sentido que no tiene doblez ni trasluz. La escritura necesita el sentido y sobre todo, fijarlo. El poder se construye sobre la base del sentido y mientras más pétreo, mejor. Lo que rompe el sentido y funda el sinsentido, busca escapar al cerco. He ahí la liberación, la fiesta y celebración de la locura.

La verdadera poesía desafía el sentido establecido e indaga en la realidad que se escapa como las imágenes del sueño al despertar. La poesía es el sentido siempre naciente. Por eso la verdadera poesía es indagación y revelación. El universo no cabe en un idioma, querido Ramos Sucre, lo colma y lo desborda en lo que tiene de imprevisto e impredecible, impronunciable e indecible. La poesía funda sentidos, los abre, los descubre, los revela, para llevarnos más lejos, más allá, para trascender la realidad y descubrirnos parte del mundo en lo que tiene de sagrado e inmortal. Y lo hace descubriendo en la realidad lo que nos trasciende, a través de la grieta, el intersticio, la celosía, el envés y el través. Las palabras en estado poético giran en su gozne. Están aquí y allá, nos devuelven su sentido aquí y abren uno y otro del otro lado. Con las palabras nuestras, las de todos los días y las que bullen en la infancia y la memoria, des-conocemos el mundo y nos abrimos camino en él, a tientas, asombrados. La poesía se hace con las palabras de siempre, nombra lo que aún no existe pero que comenzará a existir como imagen y posibilidad a partir de su modulación. Es en la palabra cotidiana, de pronto extraña, por donde asoma la vida que nos trasciende e ilumina.









domingo, 17 de marzo de 2019

Del Apagón a los TES


Del Apagón a los TES

José Javier León
Maracaibo, 15 de marzo de 2019

Pasadas las 5 se fue. Como se nos había ido en la noche del día anterior y apenas nos estábamos acostumbrando a unas horas de energía eléctrica e internet, pensamos que se trataba otra vez de ese racionamiento no declarado, no oficializado, jamás explicado. Rutina, pues. Lo raro era que se había ido en una hora rara, ni media ni o’ clock. Cuando oscureció y me asomé al horizonte vi con desazón que la cosa iba para largo ya que las luces de cuando no tenemos en el circuito pero sí al frente, no rutilaban para mi más profunda envidia. Al contrario, todo iba de gris plúmbeo a negro espeso.

Y nos agarraba sin cena, en nuestro apartamento sin servicio de gas doméstico. Recurrimos a los teléfonos y la señal era rala y escasa; la mía, muerta. Con el paso de los minutos nos fuimos enterando de que la cosa no sólo iba para largo sino para lejos. Que era un apagón de los mandados a hacer. Fui al carro porque no tenemos radio en casa, esta no llega ni en condiciones normales (al parecer por los muros de concreto), pero no encontré una sola emisora trasmitiendo. El apagón tan temido nos estaba ocurriendo, desguarnecidos.

Por suerte la brisa donde vivo estaba y sigue estando maravillosa y dormimos literalmente oyendo las olas del lago batir toda la noche. A media mañana intentamos la primera excursión a las afueras, movidos para ponerle picante a la cosa, por una cuasi emergencia médica: un dolor como de apendicitis. Ya sabíamos que el apagón era en serio y el carro, por si faltaba algo más, anunciaba un desperfecto. Dimos varias vueltas de prueba sin atrevernos a salir de la isla (sí, vivimos en uno de los tres islotes en la ribera norte de Maracaibo) hasta que nos decidimos, arriesgándonos a quedar varados en una ciudad que despertaba al desasosiego.

Era viernes y los viernes están los gochos de las verduras. Mucha gente pero el punto estaba pasando y la cola avanzaba hasta que, por supuesto, dejó de pasar. Como somos clientes de años largos nos fuimos con las bolsas y pagamos por transferencia. Todavía se podía y se pudo por un par de días más hasta que a todos se nos ocurrió, por supuesto a los comerciantes primero, que bien podían tasar los productos en dólares, así los botellones de agua (porque de paso no hay agua corriente en Maracaibo) salían a 2 por dólar aunque en otros sitios salían a 3. Comenzó lo de siempre pero multiplicado: la especulación, la discreción, el hago lo que me sale del forro y si no te gusta ya sabéis lo que tenéis que hacer.

Compramos lo que pudimos, fuimos a un centro de salud popular y el diagnóstico de la doctora en calma y en penumbras despejó la urgencia; corrimos a refugiarnos brevemente en la casa materna donde había la posibilidad de cocinar con gas. Empezó el ir y venir y la preocupación por lo que estaba en la despensa, congelado. Al tercer día, el sábado, era evidente que teníamos que tomar una decisión y optamos no sé si por la mejor pero sin duda la más caribeña: hacer una parrilla. En nuestro caso, por vivir en una playa, la cosa pintó perfecta, y no sólo para nosotros sino para familias enteras que colmaron la costa y desde bien temprano sacaron mesas y chinchorros mientras el humo sabroso alejaba el apagón. Jóvenes, niños y uno que otro borracho, dominó, pelotas, risas y la alegría más allá de todos los llamados (que no escuchábamos ni atendíamos por no tener ni redes ni “medios de comunicación”) despejaron el caos y el desastre. “Octavita de carnaval” la bautizó mi comadre.

Amanecimos lunes con las despensas críticas. Nos fuimos a casa de una amiga que también tenía gas para cocinar y a continuar, con la angustia creciente, el compartir, el juego y la conversa. Al caer la tarde comenzaron las sirenas y las detonaciones. La poca información que nos llegaba era nerviosa y electrizante. Yo pasé horas mirando el horizonte extrañamente iluminado, como por un aura que no sé si era fruto de la miopía o la esperanza. Noticias de que estaba llegando la luz en algunas partes del país se confundían con las de los saqueos. Agotado de esperar no sé qué y con la brisa fría, me acomodé para dormir. Pasadas las tres, llegó.

Al terminar de amanecer regresamos a la isla y aunque había pocas señas de los desórdenes nocturnos, quedaba la calma chicha de que algo aún no llegaba. En efecto, la noche del lunes y buena parte del martes, se desató un vandalismo con intereses encontrados en el que las aguas se mezclaron para dejar en la orilla los restos y arrestos de un nuevo orden comercial.

Escribo esto hoy, viernes 15, a una semana completa del apagón y tras pasar toda la noche del jueves (otra vez el jueves…) sin luz -y angustiados porque “al que lo mordió macagua, bejuco le para el pelo”- por una sobrecarga (según informaron) que se largó varias subestaciones y transformadores. Sin duda, esta será nuestra cotidianidad quién sabe por cuánto tiempo más. Porque construir un sistema alterno e independiente del gigante Guri llevará su eternidad, amén de las inversiones que se han hecho, descuidado cuando no abandonado para contar alguna vez con termoeléctricas eficientes y al tiro y con el casi utópico parque eólico de la Guajira, majestuoso Guri de vientos alisios.

Ojalá lo aprendido a golpes nos lleve alguna vez a planificar desde las bases formas de producción de energía autónomas. Mientras tanto les dejo un enlace para que revisen esta propuesta, los TES (Territorios Energéticamente Sustentables) acaso la más acuciosa que puedan encontrar en miles de kilómetros a la redonda: (https://drive.google.com/open?id=0B-qLVBvd0mI_SEluLWdMSGV1VjhqWXItb2EtdW9JcllNZlJr)

Que las velas de Rodríguez nos iluminen y la tenacidad de Bolívar nos acompañe. Venceremos!!!


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miércoles, 6 de febrero de 2019

Contra el Comunicado sibilino y guabinoso que pide elecciones a petición del Imperio


Análisis del comunicado presentado por un grupo de autollamados "chavistas" y opositores, entre los que se encuentran cuatro exministros de Hugo Chávez, Juan Barreto, el periodista Manuel Isidro Molina y los opositores Enrique Ochoa Antich y Reinaldo Quijada. Se puede leer en esta dirección: http://noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=119468 


Análisis del documento

1. “Ante la tragedia histórica que sufrimos en la Patria...”

La frase que encabeza el documento en cuestión revela de entrada el posicionamiento anti-revolucionario y pro-norteamericano de los que lo suscriben, y esto por varias razones:

Venezuela no vive una “tragedia histórica”, los venezolanos desde 1999 y antes, desde febrero
del 89 pero también desde mucho antes, desde la traición del Puntofijismo y el golpe de Estado a Cipriano Castro… en fin desde la Guerra Federal y de Independencia, pero en términos históricos más recientes, a partir del 04 de febrero del 1992, Venezuela vive una Revolución que tiene como signo el antiimperialismo y por ende, la lucha frontal contra EEUU. Si hay una tragedia, es la existencia del propio imperialismo. Por lo tanto, no puede ser una tragedia enfrentarlo. Tragedia sería rendirse y volver a ser una colonia con el agravante de que hoy seríamos castigados -como ya lo estamos siendo- por pretender ser soberanos y haber sido muy mal ejemplo. Tampoco son una tragedia las consecuencias que nos trae la defensa de la patria. Muchos de los problemas que tenemos (corrupción, destrucción de la infraestructura, falla en los servicios) son secuelas de la guerra del imperio contra Venezuela. Pero aun si nos llevaran a una patria en ruinas, no sería una tragedia si resistimos y luchamos hasta vencer. Finalmente, enfrentar el imperialismo no es una tragedia, es el destino histórico de los pueblos que (alegres y en unidad perfecta -Pueblo y FFAA) luchan por su independencia cueste lo que cueste.


2. “Más allá de los argumentos constitucionales y legales acerca de los actos políticos que han tenido lugar con el ejercicio del poder ejecutivo”…

Los que suscriben este documento pretenden hacer a un lado la Constitución como si se tratara sólo de un asunto legal y no legítimo. Como si el Ejecutivo estuviera al margen del pueblo escondido detrás de la Constitución. Ese grupo siempre se ha pronunciado en contra del proceso constituyente, y en especial de las elecciones por las ANC de 2017 que dieron al traste con la guarimba. Es más, cuando hoy dice que hay que ir más allá de los “argumentos constitucionales” antes ha afirmado en diversas oportunidades que aquellas elecciones no fueron legítimas y se aferran para justificarlo en argumentos leguleyos. Olvidan las circunstancias en las que se hizo el llamado y no destinan una sola línea a reconocer que como un bálsamo milagroso la paz se tendió sobre el país. Para estos constitucionalistas a la letra la Constitución es buena para una cosa pero no cuando hace frente a los intereses que sostienen que las elecciones por la ANC no fueron legales. Por cierto: sobre esta supuesta ilegalidad es que hoy se construye y levanta la supuesta ilegalidad e insconstitucionalidad de Nicolás Maduro.


3. “… la fractura nacional que padecemos los venezolanos...”

Cuando buena parte de ese grupo se separó del gobierno bolivariano lo hizo buscando una “fractura” y con ella contribuir a una crisis política que diera al traste con el gobierno del presidente Maduro. Lo que les dolió es que esa “fractura” no se dio y desde entonces cada vez que pueden y aprovechando las circunstancias más difíciles, rebuscan fracturar la unidad política del gobierno porque saben, como lo sabe el Imperio, que eso puede socavar las bases de la revolución y debilitarla. Lo que le duele a ese grupo es que su salida no significó fractura alguna y que se volvió nada su intento por arrastrar con su prestigio de políticos sin pueblo, intelectuales y “chavistas originarios” la base social que hoy acompaña al Presidente.

4. “Hoy pretenden disputarse la legitimidad del poder dos actores polarizados...”

La polarización. Los que critican la existencia de la polarización como parte del enfrentamiento entre polos de poder, se asemejan a aquellos que niegan la lucha de clases en su más clara expresión: proletarios y burguesía, trabajo y capital, alegando que el mundo es otro. El discurso contra la polarización es hipócrita y falso. La polarización existe porque se trata de una lucha histórica entre bloques de poder que se expresa en la lucha de los trabajadores y trabajadoras contra el capital, entre patriotas y vende-patria, entre mujeres y patriarcado; entre pueblos indígenas y pensamiento colonizado; etc. No se puede, pues, temer a la polarización. Muchos de lo que hoy la critican han llegado a decir que antes de Chávez no existía. Espero que el disparate salte a la vista. Por otro lado, no son dos polos los que hoy se disputan la legitimidad, hay un polo legítimo y otro al servicio de EEUU y el capital, es decir, un polo patriota y chavista hoy movilizado y consciente, y otro que hace parte de la estrategia multifactorial del golpe de Estado, donde entran la guerra económica, la asfixia financiera, el boicot, el sabotaje, la corrupción, la indolencia, y por cierto, estas voces “críticas” que encubren, silencian y ocultan sibilinamente las causas -la fuente- de la “crisis”.

5. “...dos actores polarizados bajo el imaginario del doble poder...”

El imaginario del “doble poder” es una estrategia o fase del manual de golpe de Estado que busca fracturar las instituciones y desestabilizar al gobierno. Desde el chavismo y la estabilidad del gobierno, no hay tal doble poder. Además, hablar de doble poder es asumir su existencia y de alguna manera convalidarla. Es poner en el mismo rango a los dos poderes y reducir la verdadera polarización histórica a una “polarización” caricaturesca, como esa que pretende enfrentar a Maduro y toda la institucionalidad bolivariana contra el “gobierno” de Guaidó. Este grupo de “chavistas críticos” hablan del imaginario del doble poder cuando lo que hay de verdad es un poder real legítimo y legitimado, además de legal y constitucional, y un poder imaginario, virtual, mediático, al que documentos como el que suscriben pretende insuflar un tipo de existencia.

6. “Sólo faltaría que dos ejércitos decidan enfrentarse...”

Lo que no dicen y encubren los “chavistas críticos” es que el ejército del otro “gobierno” es un ejército mercenario, aupado y apoyado por los aliados de EEUU. La Venezuela bolivariana, víctima de esta estrategia imperial del doble poder que busca implosionar la institucionalidad del gobierno estaría en todo su derecho de enfrentar a un gobierno invasor. No dicen estos “intelectuales” que la estrategia del doble poder lo han practicado en otros países intervenidos y ayudados humanitariamente, ocultan y encubren con su accionar apátrida una estrategia entre refinada y burda del imperialismo norteamericano en su afán de continuar con el discurso del chantaje sobre lo que significaría una guerra en pérdidas materiales y vidas humanas. Nadie está preparado ni desea una guerra, pero decir que el gobierno la promueve porque participa en la polarización enfrentándose a un supuesto otro gobierno con un supuesto “otro ejército” es hacerle el juego al golpe de Estado y negar la perentoria necesidad que tendría nuestro ejército bolivariano de -ante un ataque- defender la Constitución y la estabilidad nacional. Si ese supuesto ejército actuara, debe el Estado defender la independencia e integridad de la Patria. Más allá de que sea o no una “batalla final”, que por supuesto no lo sería. Por otro lado, nuestras FFAA ya están actuando cada vez que por las armas o persuadiendo van contra diversos objetivos irregulares en esta guerra híbrida prolongada de -ya no tan baja- intensidad.

7. “Nosotros apostamos a la unidad de la nación...”

Falso. Con su discurso sobre el “doble poder” y los intentos fracasados para buscar una ruptura -siempre actuando en coyunturas en que los ataques al gobierno se hacen más fuertes, siempre sacando documentos que echan más gasolina a la hoguera y alientan a la desestabilización- no apuestan a la unidad, al contrario, apuestan, sueñan y trabajan por la fractura. Son sus viudos y sueñan con que llegada la caída del gobierno bolivariano se hayan ganado con sus posturas derecho a espacios de poder. ¿No les da pena ni vergüenza actuar como borrachos que se disputan una botella vacía, cuando discuten con Rafael Ramírez porque este -desde una delirante ridiculez- asomó que quería ser candidato a presidente?

8. “Propiciar la caotización de la República”.

Encubren estos sibilinos actores que el imperio ha desarrollado una amplia estrategia de caotización. No la provocará -aunque sí la hará más fuerte, sin duda- un enfrentamiento militar directo, además ya existe y este gobierno le ha venido haciendo frente con diversas acciones (La Misión Vivienda, Barrio Nuevo Barrio Tricolor y hoy Venezuela Bella que las integra a todas). ¿O acaso no la están enfrentando nuestros alcaldes y gobernadores para devolver la ciudad a los ciudadanos promoviendo vida ciudadana en paz y bienestar? Aquí está muy claro quien promueve el caos y a quién le interesa que los semáforos no funcionen o que la basura no sea recogida. La violencia callejera del 2017 fue terrible en términos de destrucción de las ciudades y mucho aprovechó las toneladas de basura empleadas en las barricadas… Contra esa violencia se levantó la Constituyente. Desde entonces, la oposición perdió fuerza y capacidad para movilizar y generar -más- violencia, aunque hoy sigue siendo su única estrategia, claro está protegida mediáticamente por el imperio que “exige” al gobierno -empleando iconos de la farándula, actores y factores políticos mal intencionados (como el “Pepe” Mujica), o simplemente desinformados- no reprimir las manifestaciones o ir a elecciones y claro está, perderlas.

9. “Nos parece una irresponsabilidad del gobierno y de la mayoría de quienes integran la AN, no actuar para evitar, mediante el diálogo y la negociación… una confrontación”

Decir que este gobierno no ha buscado el diálogo es mezquino e irresponsable. Se podría decir que la oposición ha sido en algunos momentos, incluso “obligada” a dialogar, como parte -en su caso- de un forzado plan B. Hay que recordar que el esfuerzo supremo por el diálogo, llevado a cabo en República Dominicana mientras sólo para presionar incendiaban al país e incluso personas vivas, fue pateado estruendosamente por el que devino un archienemigo para la paz de la República: Julio Borges. Allí se habían logrado acuerdos trascendentales y ese señor, a una llamada del gobierno norteamericano desde Colombia, en estado de ebriedad se burló de todos y entregó el país a una inminente guerra civil. Sólo la voluntad de paz de Nicolás Maduro y la madurez del pueblo bolivariano hizo posible la estabilidad; y valga acotar que sobre la base de aquellos acuerdos pateados por la oposición, se construyó el escenario electoral del 20 de mayo y buena parte de la relativa paz que hoy gozamos. Hay que recordar contra los amnésicos que por millones salimos a votar cuando pesaban sobre nosotros terribles amenazas. En esta misma línea, ha sido el gobierno el que ha hecho esfuerzos por llegar a “acuerdos aceptables para todos”… pero sería bueno saber, a qué llama este grupo de “chavistas críticos” acuerdos aceptables… La oposición pide un nuevo CNE… ¿Qué piden ellos? Oh casualidad, también un nuevo CNE que -suponemos- sólo será creíble y aceptable cuando le de la victoria a la oposición pero que volvería a cometer fraude y sería in-creíble si gana el gobierno. Piden por cierto un “referendo consultivo” cuando venimos de elecciones de gobernadores, alcaldes y concejales y una elección presidencial con observación internacional y con un CNE que sólo es puesto en entredicho por la oposición cuando pierde. De alguna manera ese referéndum que piden ya existió en toda esa seguidilla de elecciones y si (un sector de la oposición) no participó no fue por no creer en el CNE sino por hacer parte del discurso de EEUU que busca deslegitimar las instituciones, discurso -el de la deslegitimación- en el que se inscribe este comunicado. De modo que pierde su tiempo esta nueva Plataforma -¿Opositora?- convocando y saliendo a recoger firmas para un referéndum, cuando lo que toca (frente a los ataques continuados de la AN en desacato y evidente Caballo de Troya de EEUU desde aquel infausto diciembre de 2015 y enero de 2016 fecha en que comenzaron los ultimátum, los 3 meses; no, los 6; que este plan sí y si no, aquel o por qué no, todos a la vez, contra Nicolás Maduro -que si colombiano, que si ilegítimo, que si desconocido, que si revocado, etc.-) cuando lo que toca, insisto, es convocar a elecciones adelantadas para una nueva Asamblea Nacional para que entre en el cauce constitucional y haga parte de todos los poderes y no pretenda erigirse como lo pretendió en poder absoluto.

10. “Exigimos que se produzca la inmediata restitución del régimen de libertades y garantías...”

Insólito. Esta parte del documento ya es un dictado directo de la retórica intervencionista del Departamento de Estado. Hablan de “presos políticos” cuando a todas luces aquí la oposición ha cometido crímenes que sólo se pueden pagar con cárcel, y cuando la verdad es que muchos de los actores que alientan al golpe de Estado y traicionan a la patria gozan de una inmunidad y un impunidad grosera. Aquí hay actores y organizaciones que han practicado terrorismo y por lo tanto no tienen derecho -porque por sus acciones contra la paz lo han perdido- al ejercicio libre de la política. Hablan de “represión”, cuando a todas luces ha habido movimientos insurreccionales y violencia callejera muy lejos del calificativo de “pacíficas”.

11. Otros puntos no contienen a mi parecer mayores problemas, aparte de llover sobre mojado con la retórica oficiosa de los comunicados que cuentan con un mínimo de sensatez y sentido común, aún con el piquete sobre la exigencia a la FANB de no “arremeter contra su propio pueblo”… a menos digo yo, que parte de ese “pueblo” devenga factor de terrorismo y violencia y, aún así, ha dado fehacientes muestras de uso progresivo de la fuerza y cuando ha habido excesos, ha actuado la justicia. Es decir, no se puede decir sin mentir descaradamente, que las FFAA tengan como política la represión. Y por otro lado, que el llamado a diálogo es casi una exigencia del gobierno nacional y este grupo de “intelectuales” no lo reconoce. Por lo demás, está bien que se asuman factor político y está bien que se organicen y salgan a la arena política, lo que no pueden es pretender asumir la voz del chavismo, máxime cuando algunos argumentos de fondo son anticonstitucionales, negadores del esfuerzo que ha hecho el gobierno por el diálogo y por crear una conciencia y un movimiento nacional que construya y preserve la paz y la gobernabilidad.

Hay que decir además, que la estrategia de ir a elecciones “convocadas” por un organismo multilateral o fuera de la Constitución, hace parte de la guerra total de EEUU porque en vez de buscar una salida política emplea las elecciones como chantaje, presión y ventana a la desestabilización. Por un lado niega la autonomía del Poder Electoral y lo somete al capricho de los que quieren salir de Maduro como sea. Hay que recordar que cuando las elecciones a la AN, mientras el chavismo promovió candidatos vinculados a sus territorios y comunidades, los de la oposición se ocultaron detrás de una manito que permitió entre otras lindezas que un asesino, por ejemplo, fuera uno de los candidatos más votados. Ellos no fueron a unas elecciones sino que utilizaron la plataforma electoral y la “buena fe” de nuestras instituciones para ir contra el Estado y tanta fue la furia de esa campaña montada sobre el castigo a la población (para que castigara al gobierno) que, apenas ganaron, se desmandaron en un plan alocado de desestabilización.

Finalmente, asombra que ni toquen ni se refieran a los ataques a la soberanía y a la vulgar y grosera intervención norteamericana; ni con el pétalo de una rosa tocan a Trump y a sus halcones. Nada. Eso sólo indica quién les paga y quién les dicta lo que deben hacer y sobre todo, cómo deben posicionarse frente a la opinión pública como “voces críticas” que han “salido” del gobierno para “salvarse” y así recibir casi como título nobiliario el tratamiento de “disidentes”.